Vueltas de la vida

No sabemos adónde vamos, hasta que llegamos.

Si bien es cierto que con el tiempo y las decisiones que tomamos nos vamos forjando un camino, también lo es el hecho de que, aunque tengamos metas y proyectos, a lo largo de la vía podemos encontrar cruces y desvíos que debemos tomar sí o sí.

La vida da mil vueltas, un dicho muy conocido ¡Y cuán cierto!.. Y es que nadie puede conocer en dónde estará en unos años o con quién o en qué circunstancias. La verdad es que la vida no solo da vueltas, si no que lleva consigo un montón de caminos ajenos y hace que se mezclen unos con los otros, sin querer, sin pensarlo, sin saberlo.

Cruzando vidas, circunstancias, vivencias.. De eso, de eso esta lleno la vida, eso es lo que la hace tan impredecible.

He conocido personas que nunca en su vida imaginaron viajar y allí están, viviendo en otro país, muchas veces un país que criticaban. Otros, encontrando el amor que nunca pensaron hallar, otros amando a la persona que no imaginaron amar y también existen, quienes amaban y ahora luchan por olvidar.

No supe lo que significaba que la vida diera vueltas, hasta que vi a mi alrededor. Hasta que lo viví en carne propia.

De amar, pasé a odiar.. 

De odiar a perdonar y volver a amar..

De hacer planes a futuro, a derrumbarlos.

De destruir proyectos, a construirlos de nuevo, desde cero.

Y aprendí, que mi vida no está definida solo por actos, aunque si influya, ni por decisiones ajenas, aunque si influya, porque la vida se define por "el hoy", por el presente, por lo que se tiene, por lo que se vive. 

Recordando el buen pasado para disfrutar de nuestros buenos momentos de la vida, aprender de las malas experiencias, sin olvidar que aquello, nos ha hecho mas fuertes de lo que eramos, que todo lo vivido nos hace lo que somos ahora.

Pero siempre vivir el presente y disfrutarlo al máximo, sabiendo que todo puede cambiar y no podemos volver a atrás.

Y como cantaba Celia "Vive, ríe, llora, que a cada quien le llega su hora"..

Sí, vive, Sí, enloquece, Sí conoce, Sí, ama, porque todo tiene su tiempo y hay que aprovechar cada momento y disfrutar sentir cada emoción que llevamos dentro.

Porque la vida cambia y no te espera, porque el tiempo corre y no regresa.