Séneca dijo una vez que los atareados no disfrutan de la vida, no solo por el montón de obligaciones que tienen por cumplir o por los muchos placeres vanos que, si quiera logran gozar, los tienen en exceso.. Si no también, por el hecho de que no se toman tiempo en recordar.
Sí, dijo que era propio de una mente tranquila recorrer todas las etapas de su propia vida y se refirió específicamente al pasado, a los recuerdos. Hablando de estos como la parte de nuestro tiempo mas consagrada y santa, porque ni la suerte, ni carestía, ni el miedo, ni nada tangible, puede llegar a trastornarlo, no se puede robar, no se perturba.
Y es que los recuerdos, verdaderamente son la posesión mas preciada y perdurable del ser humano, lo que nos diferencia de los demás seres vivos, tener consciencia de que recordamos.
Basta simplemente con cerrar los ojos (y a veces hasta con los ojos abiertos) y dar orden a nuestra mente para tener una clara visión de nuestro pasado, nuestras vivencias, algunas añoranzas, y uno que otro sentimiento..
Sin importar la hora, la fecha o el lugar. ellos ahí están.. En un aroma, en una canción, en un reflejo de luz, en un suspirar.
Pero, si bien es cierto que los recuerdos son la parte mas preciada de nuestro ser, estos pueden llegar a ser peor que una maldición y torturarnos muchos días de nuestras vidas.
Imborrables e inquietos vuelan como fantasmas en tu cabeza, hiriendo cada parte de tu ser, como si de puñaladas de una daga afilada se tratase, mientras intentas borrar lo que no se va, lo que simplemente no deseas recordar, ¿O es que realmente no lo deseas olvidar?..
Mientras mas te esfuerzas, menos consigues. Mientras mas luchas, mas fuerzas pierdes. Mientras menos lo queieres, mas te hiere.. Te agotas, caes, te derrumbas.
Inmutables, estaticos en tu frente, como estampilla en una hoja de papel, que al intentar despegar se rommpe, te hacen sollozar, como si en cada lagrima, en cada gota se fuera un pdacito de ti, un trozo de recuerdo, de dolor, hasta que no puedes mas, pierdes tus fuerzas, ya no puedes seguir.
Los recuerdos te controlan, roban tu atención, tu vida, tu ser.. Te hacen ser lo que no quieres ser o lo que siempre has sido.
Otros, mueven cada fibra de tu ser, te dan fuerzas para seguir adelante, te dan esperanza y seguridad. Y llegan a tu mente para darte pasos firmes.
Y existen otros, que te dan paz, te remontan a lugar y personas donde fuiste feliz y te regresa la felicidad, los ves desde tu mente, con una leve sonrisa, con satisfacción, con disfrute.
Tipico que lo que nos hace bien, nos dañe un poco o mucho.
Un bien preciado o una tortura.. No se borran, son inmutables, no se eligen, algunos solo llegan y a otros simplemente, los llamamos.
Recuerdos, una bendición..
Recuerdos, una maldición.
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