miércoles, 22 de julio de 2020

Querido tiempo.

 Querido, Tiempo...
   
         Hoy vuelvo a hablar de ti, te has convertido en mi tema favorito, no sé si es porque me has fastidiado la vida o porque ya le he tomado cariño a tu presencia.

Lo cierto es, Tiempo.. Que debo agradecerte, sí, odio admitirlo pero gracias a ti han quedado atrás días de miedos y de oscuridad, mientras destrozaba cada reloj o calendario que en mi vida se cruzaba.
 Aunque hay algunas sombras que aún me persigue.

Ahora entiendo esa responsabilidad que los viejos te atribuyen diciendo: "todo es cuestión de tiempo".. Detestable cliché, ¡Vaya carga la tuya y que ironía la nuestra! ¡Tener que dejar la vida en tus manos intangibles! Ahhhggg!. 

Pero no es vano que te has ganado tu puesto.

Creo que voy comprendiendo tú paciencia y tú forma de actuar, aunque eres relativo y sueles ser percibido de diferentes formas y maneras, tus efectos suelen ser comunes en todos a los que influyes.

Pero hoy, hablaré de lo que yo sentí. Y sin frenos en los dientes, ni cadenas en los labios te diré sinceramente que desde que tuve percepción de tu presencia, te odié..

Tu paso es como el río que inunda,
Como un viento que lleva filos en su brisa,
Lluvia de granizo que quema,
Que tortura.
Mientras viajaba encontra de tus corrientes indomables,
Inevitables,
Luchando contra tu fuerza
Cada brazada duele,
Renueva la herida
Las suturas van rompiéndose una a una
Y las llagas sangran
El agua se torna carmesí
Y entre atragantos y pataleos
Renuncié a la vida y me entregué
Me entregué a tus causes
Y fui hundiéndome en tu inmensidad
Ahogada, sin ganas de pelear, algo creció dentro, mientras una película muda se proyecta a mi alrededor
Y en ese momento, te entendí.
Aprendí.
Supe lo que querías decir y respondiste mis dudas, aclaraste la niebla de mis ojos, me llevaste a ver los caminos que no conocía
Y fui olvidando que respiraba, 
Abriendo los ojos ya no estaba mojada,
En el mismo lugar donde me encontraba ví cosas que antes no miraba, 
Y estando llena de energia me levante, con una piel más gruesa y un corazón de miel.

Por eso, esta carta es para agradecerte a ti, Tiempo, porque aunque tus pisadas dolieron, me hicieron más fuerte y aunque la espera desesperaba, la recompensa fue tenerte.

Al final tú, querido Tiempo, eres el enemigo que se vuelve salvación.

Sin más que agregar.. 
                Todo está en tus manos.


2 comentarios: